¡Vamos a descubrir a las mujeres que quedaron más olvidadas, en el arte del Renacimiento. Y comienzo presentándoles a Sofonisba Anguissola, con un auto retrato, a quien se consideraba la primera artista que aún siendo mujer alcanzó un éxito considerable como pintora. Fue la pintora italiana más famosa del Cinquecento en Italia y España!
Es la única mujer que tiene obra pictórica (tres cuadros) expuesta en las galerías del Museo del Prado.
Nació en Palermo en 1529 y murió en el mismo lugar en el año 1623. Fue su propio padre quién se animó a enviar algunos de los dibujos de su hija a mismísimo Miguel Ángel para que se diera a conocer, pero no solo quedaría en eso, porque Sofonisba llegó a entablar contacto con Miguel Ángel en Roma, quien llegó a ayudar y aconsejar a la artista.
Realizó gran número de retratos a la familia real, entre los que destacan los retratos de Felipe II y de Isabel de Valois, ambos atribuidos hasta 1990 a Sánchez Coello, y que son dos de los que podemos ver en las paredes del Museo del Prado.
Si nos centramos más en la temática de sus pinturas y su técnica, Sofonisba fue ante todo una buena retratista, capaz de modelar con acierto las figuras y sobre todo de dotarlas de una profundidad psicológica, una interrelación gestual que en muchas ocasiones traslada al propio espectador, con el que se comunica en muchas de sus obras directamente a través de la mirada intensa de sus retratados. También en el detallismo minucioso de vestimentas y complementos se acerca a la técnica minuciosa de algunos artistas manieristas españoles ( Pintura manierista,era el estilo artístico del alto renacimiento).
En su obra destaca, sobre todo, la falta de rigidez, la mirada directa con la persona retratada, el tratamiento de luces y sombras, la mujer como persona, como artista, con una alta capacidad intelectual que juega al ajedrez, que toca el piano, que lee y escribe.
Sofonisba fue a morir a Palermo, donde recibió la visita del joven pintor flamenco Antonio Van Dick, gran admirador de su obra, que la retrató en su cuaderno de viaje, anotado que su edad era de 96 años y esta observación:
''Aunque su vista está debilitada, se mantiene aún muy alerta, realmente''
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